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Allende: un gran chileno

Salvador; Un gran Chileno


A casi un mes de las conmemoraciones del centenario del compañero salvador allende, su figura (y las actividades de conmemoración) siguen generando reacciones de todo tipo. Ayer leía unas declaraciones de senador IVAN MOREIRA, que acusaba tendencia en el trato que ha tenido el gobierno para con el Presidente Socialista.

"Cuando estamos a punto de celebrar el Bicentenario, el gobierno y sus principales seguidores, han doblegado sus esfuerzos por posicionar a Allende como la principal figura de dicha celebración, la nominación a "Grandes Chilenos de la Historia", busca ese objetivo, dejando de lado al padre de nuestra patria, Bernardo O’Higgins”.

Hay que recordarle a l senador que fue la misma gente, a través de su voto, la que eligió a los Grandes Chilenos, dejando a fuera al mismísimo O’ Higgins, y más aun, mantienen a ALLENDE en un segundo lugar, por debajo de Arturo Prat, en esta segunda votación que tiene por objeto elegir al GRAN CHILENO. Pareciera que la UDI no está acostumbrada a estos ejercicios democráticos, como que se sienten incómodos con esto del sufragio universal.

“Chicho”, como lo llamaban los más cercanos, es una persona que generar todo pido de impresiones y las seguirá generando, a cien años de su nacimiento y más de treinta de su muerte, fue el primer Presidente de chile que trato de que las cosas cambiaran y las políticas estatales giraran en beneficio de las clases más desamparadas, construyendo una revolución bien particular, de aquellas que en otros lados se conseguía por la fuerza, él en cambio siempre creyó en la democracia como forma y contenido sustancial.

A la derecha política le molesta y le seguirá molestando que ALLENDE empiece a ser reconocido y valorado, por lo que políticamente fue, un soñador, un reformista y un demócrata, incluso, dentro de su propia colectividad.


Salvador; Demócrata y Reformista


Como bien ustedes saben, ALLENDE, mantuvo siempre su lealtad al partido e incluso a las posiciones más radicales adoptadas por el en el Congreso de Chillan, el allendismo era identificado con el electoralismo y el reformismo, por lo mismo duramente criticado, y recibió un escaso apoyo en dicho Congreso, que por lo demás, adopto la “vía armada” como la política, a continuar, del partido Socialista. Nuestros compañeros no tenían su atención puestas en las elecciones del año setenta.

Este escaso apoyo, al que me refiero, se demostró en su no inclusión en el Comité Central en Chillan, incluso habiéndolo pedido, y el escaso apoyo obtenido para su candidatura, en efecto, solo una minoría de votos en el Comité Central, el resto de abstuvo.

La “vía chilena al socialismo”, era totalmente disímil a las políticas adoptadas por el partido en la década del setenta, esto queda demostrado en los sempiternos conflictos que hubo entre el ex Presidente y su partido.

Hoy a cien años de su nacimiento, los socialistas conmemoramos la fecha y nos regocijamos con su imagen, lo levantamos sobre nuestros hombros y nos declaramos, como nunca antes, allendistas, pero sin desmerecer todo aquello yo me pregunto: ¿Cuántos países en el mundo pueden haber conmemorado el nacimiento de un ex Presidente Socialista, teniendo en el poder a otra SOCIALISTA , la primera de esta parte del mundo, por no decir de todo el mundo, ¿recordaremos en unos 50 años mas el nacimiento de la primera socialista en la presidencia de este país?, ojala que así sea. Hoy tenemos la obligación, como socialistas, de trabajar y defender las obras de estas administraciones y en especial la de la compañera Bachelet, no es posible que por una parte conmemoremos a un socialista y por otra no apoyemos a nuestra Presidente.

Es verdad que tenemos, dentro de este gran partido, grandes sectores habiendo, incluso, algunos que se declaran anti concertación y demás, pero nunca deberíamos renegar la imagen de un compañero, por muy lejos que este de nuestra postura, la idea es construir desde todos los sectores y de las más variadas formas posibles, y cada socialista tiene un grado de compromiso, aunque sea mínimo, con la administración de la compañera Presidente. Ojala que pueda ver a las nuevas generaciones reconociendo los logros de este partido y su aporte al desarrollo de este país.


El Comunal


Hoy, compañeros, tenemos un gran desafío por delante, la coyuntura nos coloco en un escenario, por decirlo menos, decisivo. La creación del COMUNAL UNIVERSIDAD DE VALPARAISO es inminente, por fin podremos organizarnos al igual que las otras juventudes políticas, las decisiones que incumban a la “Valpo” podrán ser tomadas por todos los participes de la comunidad universitaria, demostrando así orden y disciplina carente en otros compañeros universitarios de la misma región.

La Juventud Socialista debe crecer más aun, iniciativas como esta, precisamente, apuntan en esa dirección, entre mas organizaciones existan (siendo rigurosos en la interpretación de esta frase) mas crecemos.

Como ALLENDISTAS debemos ser Demócratas y que mas manifestación de aquello, que trabajar por el crecimiento de la Juventud no importando a que sector pertenezcamos, el ostracismo político es más una medida “aliancista” que propia de un socialista.

Los invito a no dejar el entusiasmo vertido en este comunal y atrabajar más aun, después de la “Valpo” vendrá más trabajo y mas socialismo, pero de aquel en el que creemos algunos (ojala pudiera decir todos) el inclusivo, participativo e integrador.

Una historia con consecuencias

No acostumbro a hablar de mí, es más, me cuesta incluso el solo hecho de hablar, pero en esta ocasión hare una excepción y contare una experiencia que tuve un tiempo atrás.

Melipilla es una ciudad que poco a poco ha ido creciendo en infraestructura, comercio, entretención, como así mismo, en población. Tenemos Mall y hasta incluso un equipo de fútbol en primera división. Pero no hay que olvidar que esta ciudad desde siempre ha sido una cuidad agropecuaria y nuestra gente tiene la fama “de ser de campo”.

En una visita que realice, fuera de Melipilla, a unos familiares, ahí me encontré con un trabajador, de manos magulladas y rostro rasgado por el sol, un buen amigo, que estaba negociando el término de su contrato con su empleador este último le ofrecía una cantidad menor a la que correspondía por años de servicio.

Le explique a mi amigo que en este caso (término del contrato por mutuo acuerdo) no tenía derecho a recibir indemnización alguna, o puesto de otro, que el empleador no estaba obligado a indemnizarlo, y que por lo mismo, si quería acordar el término del contrato de trabajo y negociaba una indemnización más alta posiblemente podía quedarse sin nada.
A esta altura del relato no identificaba ninguna anomalía: El trabajador quiere terminar el contrato al igual que el empleador y este generosamente le entrega una cantidad de dinero que por ley no está obligado a hacerlo. ¿Pero dónde está la cuestión?

Mi amigo continúo con el relato, quizás con la esperanza que yo pudiera decirle si le estaban pasando gato por liebre o no, (en ese momento yo estudiaba para mi examen de derecho laboral así que más atención colocaba) y me cuenta que después de este acuerdo el empleador pretendía volver a contratarlo. En esta situación se encontraba él y varios compañeros más y es en este nuevo contrato donde se descubre la verdadera intención del PATRON.


El empleador le ofrecía una indemnización que comprendía 4 meses menos de los que le correspondería por “mes por año de servicio” y a esto le sumamos un total de 40 trabajadores el empleador se está ahorrando 160 meses de indemnización.

Ahora bien, imaginemos que este empleador, semanas más tarde, les celebra un nueva contrato a cada uno de sus empleados y al mes los despide, el empleador solo debe pagar una indemnización convenida en el contrato, porque el trabajador solo estuvo un mes trabajando para él.

Entonces la jugada es súper simple, si no hubiera llegado a acuerdo para terminar el contrato con sus 40 trabajadores hubiera tenido que despedirlos (seguramente por necesidades de la empresa) y se aplicaría la indemnización “de mes por año de servicio”, pero al llegar a un acuerdo económico puede volver a contratarlos y después despedirlos antes que cumplan un año de servicio y se ahorra 5 meses de indemnización, y calculado por los 40 trabajadores y por el sueldo mínimo la cifra haciende a $28800000 aprox.

Pero no siendo tan apocalíptico, imaginemos ahora, que el empleador celebra el nuevo contrato de trabajo sin la intención de ponerle término inmediatamente, lo que está haciendo es descontando meses de servicio y así cuando tenga que despedirlos, la indemnización será menor a la que correspondería si no hubieran puesto termino al contrato por mutuo acuerdo.

Es en estas situaciones que las personas que nos decimos de izquierda y que estamos identificados con algún movimiento político es que debemos prender todas las alertas posibles y encaminar las voluntades para que cosas así no les pase a nuestros trabajadores.

Mucho queda aún por hacer para que las cosas estén un poco más iguales para todos.


Para terminar con este relato, les cuento que le dije a mi amigo que si todos se pusieran desacuerdo y no acordaran el término del contrato, tendrían que despedirlos y no les descontarían esos 4 meses -aunque le dije- lo mejor es que se organicen como un sindicato.


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